Liam, el tercero de un trío de hermanos, nació en una familia de deportistas.
A su hermana y su hermano les encanta competir, desde la gimnasia deportiva hasta las artes marciales. No es sorpresa que Liam descubriera su propio interés por los deportes.
La única diferencia es que Liam tiene un uso limitado de sus piernas. Nació con una forma grave de espina bífida llamado mielomeningocele.
“Cuando Liam se estaba formando en el útero, en un momento determinado, su columna dejó de desarrollarse en forma de tubo. Por lo que los nervios de la espalda quedaron expuestos”, dijo su padre, Rob.
A las pocas horas de nacer, Liam se sometió a una cirugía para cerrarle la columna y la espalda. Se trata de un trastorno del tubo neural, cuyos efectos a largo plazo incluyen daño a los nervios y diferentes grados de parálisis.
A pesar de no poder caminar, esto no afecta los objetivos de Lia,. Ahora tiene 12 años y ha jugado baloncesto en silla de ruedas desde que era un niño, también comenzó a practicar jiu-jitsu brasileño hace varios años.
“Me gusta el jiu-jitsu brasileño porque es una lucha en el suelo. Uno está fuera silla de ruedas, así que nadie sabe que tengo espina bífida. Simplemente saben que no puedo mover los pies”, dijo Liam.
Dijo que le gusta esta actividad porque se integra fácilmente con los demás. También le gustan los desafíos.
“Lo que más nos enorgullece no es la actividad en particular ni un logro en concreto, sino verlo esforzarse más allá de donde él cree que están sus límites y descubrir que, en realidad, el límite está mucho más lejos”, dijo Rob.
La familia de Liam vive con esta regla en mente: “No decimos que no podemos”.