El accidente de Mateo, un niño de 7 años, nos recuerda la importancia crucial de la prevención y la concientización ante los peligros que rodean a los niños. A la edad de 4 años, mientras se encontraba en casa con sus dos hermanos mayores, un juego con cerillos en una pequeña bodega destinada a almacenar ropa desató una tragedia que cambió su vida para siempre: la bodega se incendió y el fuego alcanzó al pequeño, causándole quemaduras de segundo y tercer grado en gran parte de su cuerpo.
Frente a la emergencia, su hermano mayor, de 13 años, inspirado por una escena de película, utilizó una cobija mojada para rescatar a Mateo del incendio. Llenos de preocupación, los hermanos no dudaron en llamar a sus padres, quienes en ese momento se encontraban en el trabajo. Afortunadamente la respuesta de los padres fue instantánea, su pronta actuación permitió que Mateo fuera trasladado de inmediato a varios hospitales en busca de la atención médica vital que requería.
Mientras eran atendidos en un hospital público en Guanajuato, México, la familia fue contactada por Shriners Children's, quienes informaron que el pequeño era apto para ser trasladado a Texas para recibir tratamiento especializado sin ningún costo. Aunque un poco escépticos, la familia decidió aceptar la ayuda y fueron trasladados a Galveston para recibir la atención necesaria.
El traslado a Texas se llevó a cabo vía aérea y Mateo fue atendido en Shriners Children´s Texas durante tres meses y medio debido a las graves quemaduras que sufrió. Su padre, Vicente, expresó su profundo agradecimiento, reconociendo que la intervención de la organización fue crucial para la supervivencia de Mateo.