Después de la cirugía, Noah trabajó con los fisioterapeutas del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra para aclimatarse a sus nuevas prótesis de pierna y pie. “Al principio me resultó extraño caminar, era como aprender a andar en bicicleta de nuevo”, recuerda. Al moverse con piernas de la misma longitud y sin dolor, Noah pudo progresar rápidamente. “Antes, yo cojeaba o saltaba para trasladarme. Gracias a esto, estuve estable y pude cambiar de dirección rápidamente. Fue la mejor decisión que pude tomar”.
Con los años, el fútbol americano se convirtió en una pasión para Noah, y el equipo de Servicios Ortopédicos y Protésicos Pediátricos (POPS) de Shriners Children's trabajó con él para determinar qué prótesis podrían soportar el esfuerzo físico de este deporte. En la escuela secundaria, jugó como tackle ofensivo y defensivo. “Se necesita la fuerza del impulso de las piernas para mover a una persona que pesa 130 kilos”, explicó. “Una vez, me rompí la prótesis cuatro veces la misma semana, y el equipo POPS estuvo allí para arreglarla cada vez”.
Hoy, Noah está agradecido de poder competir junto a sus compañeros a nivel universitario. “Soy tan capaz como cualquier otra persona”, dijo. “Cuando los jugadores de otros equipos se enteran de que llevo una prótesis, se quedan atónitos”.
Aunque su deficiencia en las extremidades quizás no sea obvia para quienes están en el campo de fútbol, a Noah le gusta compartir su inspiradora historia con otros. “La mejor parte de la experiencia durante mi tratamiento en Shriners fue escuchar las historias de otras personas” dijo. “Siempre me ayudó a encontrar formas de adaptarme y superar los problemas, y ahora quiero ayudar a otros de la misma manera que me ayudaron a mí”.
En la actualidad, Noah es el paciente embajador del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra y, más recientemente, habló con jugadores de fútbol americano de secundaria de Vermont y New Hampshire en el Shrine Maple Sugar Bowl en Castleton, Vermont.
“Quiero mostrarles a los demás que todo es posible”, dijo Noah. “Y yo soy prueba viviente de ello, gracias al apoyo del Hospital Shriners para Niños de Nueva Inglaterra”.