Andrea, de 17 años, no solo ha sido campeona estatal por dos años consecutivos, sino que también es una sobreviviente y una campeona decidida en la vida.
Cuando Andrea tenía apenas 4 años, esta niña del sur de Illinois sufrió una lesión en la médula espinal en un accidente automovilístico que la dejó paralizada de la cintura para abajo. Después de recibir atención de emergencia y rehabilitación a nivel local, su familia la llevó al programa de rehabilitación especializado en lesiones de la médula espinal (LME) del Hospital Shriners para Niños de Chicago, uno de los primeros hospitales infantiles del país en centrarse en lesiones de la médula espinal pediátricas. Allí, tras estas lesiones,recibió terapia y atención médica especializadas por parte de un equipo con experiencia en rehabilitación.
Debra, la abuela de Andrea, recuerda que Andrea demostró independencia, incluso con su lesión en la médula espinal. La niña encontró formas de subir escaleras, jugar en sus literas y hacer “todo lo demás” que hacen los niños pequeños. Esta fuerza y determinación naturales pueden haber contribuido a la decisión de Andrea de aprovechar la oportunidad de aprender a correr en silla de ruedas en la escuela secundaria. La oportunidad llegó a través de una organización sin fines de lucro llamada Ainsley’s Angels. "Al principio, corredores voluntarios empujaban a Andrea en una silla de ruedas especializada durante las carreras. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que ella tenía mucha fuerza en la parte superior del cuerpo y podía competir sola", dijo Debra. Pronto, Andrea comenzó a usar una silla de ruedas de carreras especial con una rueda grande en la parte delantera y dos en la parte trasera que impulsaba hacia delante con las manos.
Sin embargo, Andrea tuvo que superar otro desafío que se estaba desarrollando. Su columna se estaba curvando hacia la pelvis, lo que le dificultaba sentarse y propulsar una silla. El equipo ortopédico de columna del hospital de Chicago se unió a su atención. "Se lesionó a una edad muy temprana, a los 4 años y medio. La mayoría de los niños con lesiones tempranas de la médula espinal terminan desarrollando escoliosis, y la lesión de ella era torácica a nivel T-10." dijo el Dr. Purnendu Gupta, MD, cirujano ortopedista de columna. Jennifer Schottler, miembro del equipo de investigación del Dr. Gupta, y coordinadora de investigación clínica, realizó un estudio en el Hospital Shriners para Niños hace una década y descubrió que hasta un 96% de los niños que habían sufrido una lesión de la médula espinal antes de los 5 años de edad desarrollaron escoliosis.
El tratamiento de su curvatura espinal, conocida oficialmente como escoliosis neuromuscular, incluyó un aparato ortopédico de plástico duro parecido a un chaleco que debía usar por varias horas al día. La curva de su escoliosis se volvió más severa, 70 grados, según el Dr. Gupta, y fue entonces cuando consideraron la cirugía de fusión espinal, en la que se colocan varillas metálicas permanentes en la espalda para mantener la columna más recta.
Gupta, quien realiza decenas de cirugías complejas de columna cada año, dijo que adoptan un enfoque especializado para la escoliosis en usuarios de sillas de ruedas. En el caso de Andrea, fue una cirugía larga y compleja que se realizó en 2018. Le realizó una fusión espinal posterior en "prácticamente toda la columna, desde T3 hasta la pelvis". Como ella usa una silla de ruedas, Gupta explicó que los cirujanos de columna del Hospital Shriners para Niños le colocaron tornillos grandes en la parte inferior de la columna y los huesos pélvicos para darle soporte, "como los pilones que se colocan en el suelo para sostener un rascacielos". “Lo que sucede es que los niños no pueden sentarse derechos en una silla de ruedas a menos que se les de algo de soporte… Siempre les explico a las familias que para que una estructura alta se sostenga hay que anclarla al suelo”.