La trayectoria atlética de Malkamaki se debe no solo al desarrollo físico del deporte que practica, sino también a su crecimiento mental. La joven de 23 años compitió contra atletas sin discapacidades la mayor parte de su vida y fue lanzadora de bala en la Universidad DePaul en la División I. Luego comenzó con el lanzamiento de bala en atletismo adaptado. Instantáneamente se convirtió en una estrella, estableciendo récords mundiales desde el primer minuto. No le resultó fácil dejar su puesto de lanzadora de bala D1, donde dijo que no era la mejor del equipo, y pasar a las competencias paralímpicas, donde era la mejor del mundo.
Le resultó un desafío prepararse para las competencias paralímpicas, y al principio no sabía cómo desenvolverse al no tener puesto el uniforme de DePaul. Sin embargo, aprendió a construir una identidad fuerte como atleta, sin importar contra quién estuviera compitiendo. A partir de ahí, creció exponencialmente.
"A cualquier joven paratleta que esté considerando optar simultáneamente por hacer deportes para deportistas con y sin discapacidad, le diría que lo haga sin dudarlo", afirmó Malkamaki. "Es una de las cosas más difíciles que he hecho, pero me ha permitido crecer mucho como deportista y conocerme mucho más a fondo. Lo más útil es que trabajen para consolidar la identidad como atleta. Cuando pude batir el récord mundial en las pruebas me sentí genial, fue exactamente lo que había esperado".
Malkamaki admitió que ser considerada la favorita para el oro de cara a los Juegos de París es algo bueno y malo al mismo tiempo. Ha tenido la oportunidad de tomar más riesgos en sus entrenamientos, pero al ser poseedora del récord mundial y ser la candidata favorita al oro para EE. UU., la presión que se siente es de otro nivel. Los Juegos Paralímpicos comienzan el 28 de agosto.