Identificar otras anomalías o defectos es la principal prioridad para confirmar el diagnóstico y tratar las deformidades y malformaciones anorrectales. Estas anomalías suelen afectar el aparato urinario; los órganos del aparato reproductor femenino, como la vagina y el útero; y la zona lumbar y la columna vertebral.
Aparato urinario y órganos del aparato reproductor femenino
Aproximadamente la mitad de los pacientes con cloacas también tienen un defecto que afecta los órganos urinarios y del aparato reproductor femenino. Algunos niños pueden tener solo un riñón o reflujo de la orina a los riñones (reflujo vesicoureteral), o aumento de tamaño del sistema de drenaje renal (hidronefrosis).
Otra posible complicación es el hidrocolpos. Es una afección en la que se acumula líquido dentro de la vagina y el útero que puede presionar la base del cuello de la vejiga, lo que provoca un bloqueo de los uréteres que no les permite drenar hacia la vejiga.
Aproximadamente la mitad de las niñas con cloaca tienen problemas en los órganos del aparato reproductor femenino que pueden afectar la función de estos órganos más adelante, incluida la capacidad de ser madres.
Defectos sacros y medulares
El sacro, formado por los huesos pequeños que se encuentran en la zona lumbar, puede verse afectado. A veces, es posible que falten uno o más huesos. Sin embargo, con más frecuencia, el sacro puede ser más pequeño y no estar formado correctamente. En algunos casos, la médula espinal puede estar ubicada incorrectamente dentro de los huesos de la columna vertebral, y esta afección, llamada "médula anclada", puede requerir reparación.
Más información sobre los tipos de tratamiento
Si bien el objetivo quirúrgico inicial es estabilizar al niño y aliviar la obstrucción intestinal y de las vías urinarias, los objetivos a largo plazo buscan restaurar la anatomía y la función.
Las pruebas de diagnóstico de las cloacas ayudan a determinar la longitud del conducto común, así como otros aspectos importantes que determinan la mejor forma de corregir la malformación.
Los pacientes generalmente se dividen en uno de dos grupos, cada uno de los cuales requiere un método terapéutico diferente. El primer grupo incluye a las niñas que nacen con un conducto común de menos de 3 centímetros o menos de una pulgada. En la mayoría de estas pacientes, la cloaca puede repararse sin necesidad de realizar una incisión en el área abdominal (estómago).
El segundo grupo incluye pacientes con conductos comunes más largos. Estos pacientes generalmente necesitan una laparotomía, es decir, una incisión a través del área abdominal. También se deben tomar decisiones sobre la reconstrucción o el reemplazo urinario y vaginal. Lo mejor es que este tipo de cirugía correctiva se realice en centros que cuenten con un equipo especializado en la reparación de estos defectos y con la colaboración de los departamentos de cirugía colorrectal pediátrica, urología y ginecología.