De fusión espinal a acróbata aérea extraordinaria

Imagen cortesía de Lauren D. Cress Photography.

Hola, mi nombre es Ollie, aunque muchos me conocen como "Mr. Missy", Mx. Orgullo Gay de Portland 2025/26. Soy acróbata aérea profesional de 31 años y vivo en Portland, Oregón, aunque soy originaria de Eugene, Oregón. Esta es mi historia con Shriners Children's.

A los 15 años, me sometí a una cirugía de fusión espinal de T5–L1 en Shriners Children's tras un diagnóstico de escoliosis. Mi historia con el Hospital Shriners para Niños comenzó cuando tenía apenas 14 años. Me crié con caballos, trabajando incansablemente para alimentar mi pasión por la equitación. No participé en deportes escolares, así que nunca me hicieron esosmexámenes físicos estándar que se ofrecen a los atletas. No fue hasta que empecé a experimentar dolor de espalda persistente mientras trabajaba con mi caballo que mi madre y yo empezamos a buscar respuestas médicas.

El diagnóstico fue desalentador: una curvatura espinal de 42 grados demasiado avanzada para usar corsé, pero aún no lo suficientemente urgente como para requerir cirugía. Sin embargo, en seis meses mi curvatura progresó hasta casi 50 grados y la cirugía se volvió inevitable. Desafortunadamente, mi seguro no cubría el procedimiento y la situación financiera de mi familia no permitía este gasto. Cuando la esperanza parecía lejana, un amable vecino, que además era Shriner, nos conectó con el Hospital Shriners para Niños de Portland, Oregón. Me aceptaron allí para hacerme la cirugía, y mi familia no tuvo que preocuparse por el costo.

Desde el momento en que empecé a atenderme con ellos, me sentí segura y apoyada. Enfrentarse a una cirugía tan importante a una edad tan temprana podría haber sido abrumador, pero el personal se portó increíble, disiparon todas mis preocupaciones. Para cuando me operaron en abril de 2010, mi curva había alcanzado casi 60 grados. Mi cirujano, el Dr. Krajbich (uno de los especialistas más respetados en este campo) me ofreció la opción de conocer los detalles de la cirugía o dejar esas conversaciones en manos de mis padres. Tener esa autonomía a una edad tan temprana me hizo sentir visible y respetada, aunque preferí no conocer los detalles.

Gracias a Shriners Children’s, ahora yo puedo vivir mi sueño. Hoy, como artista con un cuerpo con capacidades diferentes, me esfuerzo por ser un ejemplo para los demás. Las limitaciones no nos definen. Nos guían hacia nuestro propio camino. Y ese camino… es hermoso. Mi historia es prueba de que con apoyo, resiliencia y fe en uno mismo, todo es posible. Hoy me presento como una artista orgullosa, una defensora orgullosa y una paciente orgullosa del Hospital Shriners para Niños, eternamente agradecida por el regalo que me dieron: una vida llena de posibilidades, pasión y propósito. Gracias.