Dennis, el determinado: Un recorrido con la parálisis cerebral
Gracias a la atención especializada y centrada en la familia del Hospital Shriners para Niños de Chicago, Dennis ha podido superar los desafíos de su parálisis cerebral y avanzar con seguridad.
Con solo 5 años, Dennis tiene una historia de coraje que se extiende mucho más allá de su pequeño cuerpo, que ya puede trasladar de forma independiente gracias a la atención de parálisis cerebral (PC) avanzada que se le brindó a la familia en Shriners Chicago.
Poco después de su primer cumpleaños, Dennis recibió el diagnóstico de parálisis cerebral por diplejía espástica en Michigan, donde vive la familia. La parálisis cerebral es una enfermedad que afecta el tono muscular, el movimiento y la coordinación. En este caso, la familia tenía pocas esperanzas sobre el futuro de su hijo.
Cuando le dieron el diagnóstico, nos dijeron que no iba a poder caminar ni hablar, pero en nuestra casa no se dice “no puedo” Esa era la regla de papá: todo se puede lograr.
Encontraron la esperanza después de un diagnóstico complejo
En la iglesia, a Maria y su esposo, Dennis Jr., se les acercó un amigo, que es Shriner. “No conocíamos el proceso, pero en cuanto llamamos, nos empezamos a dar cuenta de que era la mejor decisión posible”.
La primera visita de Dennis fue en 2021, cuando tenía poco más de un año. Su cirujana ortopédica pediátrica, la Dra. Kelsey Davidson, MD, tuvo un rol fundamental en su atención. “Ella fue la primera médica con la que Dennis no lloró cuando le tocó las piernas en la revisión”, dijo María. “Eso ya nos comunicó lo que necesitábamos saber y, como familia, nos tranquilizó”.
El Hospital Shriners para Niños de Chicago, que trabaja en colaboración con profesionales de rehabilitación cercanos, se ha convertido en un segundo hogar para esta familia. El personal brinda atención especializada a Dennis para su diplejía espástica, que afecta principalmente los músculos de las piernas y hace que su forma de andar sea diferente a la de la mayoría de los niños de cinco años.
Sus visitas, normalmente cada seis meses, aumentaron este año a medida que comenzó tratamientos más específicos, incluidas inyecciones de Dysport. Se utiliza toxina botulínica en dosis pequeñas como tratamiento para reducir la espasticidad muscular.
“Siempre buscamos mejorar el nivel de atención y nos aseguramos de que estamos ofreciendo la mejor atención a nuestros pacientes con parálisis cerebral y otras afecciones ortopédicas”, dijo la Dra. Davidson. La familia pasó 18 meses considerando el tratamiento con médicos en Detroit y en Shriners Children's antes de seguir adelante.
“Le está yendo muy bien”, dijo su padre con orgullo. “Después del Dysport, le estiré los tobillos y no estaban rígidos como de costumbre. Sólo se quejó un poco de que le dolía”.
También se le realizó enyesado en serie. Se utiliza el término “en serie” para indicar que cada yeso forma parte de una serie que estirará el músculo o la articulación cada vez un poco más, de forma progresiva. Papá dijo que el objetivo es que Dennis pueda estirar los músculos tensos de la pantorrilla, que están tensos, para mejorar el “movimiento de tijera” que hace que las piernas se crucen una sobre otra cuando camina. “Me salen los pies por afuera”, dijo Dennis después de que le colocaran un yeso en cada pierna, desde el pie hasta la mitad de la pantorrilla.
Dennis trae color y alegría a cada visita, siempre emocionado por elegir un yeso de un color nuevo. ¿Su elección más reciente? Rojo, su favorito. “¿Por qué rojo?” preguntó alguien. “Porque sí”, respondió con seguridad. ¿Su nueva silla de ruedas? También roja. “Rojo, rojo, rojo… un toque de azul en el asiento”, dijo su madre con una sonrisa.
Para que los viajes se vuelvan más llevaderos, sus padres viajaban desde el área de Detroit al Hospital Shriners para Niños de Chicago cada dos semanas, en lugar de una vez por semana, como se suele hacer con el enyesado.
Ahora, comparten esa historia de Shriners Children's en cada oportunidad que tienen: en restaurantes, en la carretera y con pegatinas en la parte trasera del automóvil. “Quizás la persona que viene detrás tiene un hijo con una discapacidad”, dijo su padre. “Queremos que sepan que hay ayuda”.
A pesar de los obstáculos médicos, Dennis está prosperando. “Su vocabulario es inmenso”, dijo su madre. “El neurólogo dijo que está al nivel de un niño de seis años”.
Su determinación no sólo es visible para sus padres. “Dennis ha hecho un progreso tremendo en estos cuatro años. Ahora utiliza un andador además de la silla de ruedas. Mi próximo objetivo es que Dennis utilice muletas de codo, que le mejorarán aún más la forma de caminar”, dijo la Dra. Davidson.
Hubo una época en que los padres de Dennis no sabían si iba a poder caminar o hablar. Hoy hace todo eso y mucho más: sonreír, jugar y vivir la vida, como cualquier otro niño de cinco años. Gracias a la atención compasiva y especializada para la parálisis cerebral en el Hospital Shriners para Niños de Chicago, Dennis sigue creciendo: y no hay duda de que su espíritu imparable lo llevará lejos.