“Él no habla, por lo que se necesita más paciencia y atención para comprenderlo. El equipo hizo todo lo posible para hacerlo sentir cómodo. De donde somos, nos habrían dicho que es así y no hay nada que hacer. Aquí encontraron maneras de ayudarlo realmente”, contó la madre de Enzo.
Pero la estadía de Enzo en el Hospital Shriners para Niños de Greenville fue más allá de la atención médica: transformó su vida. En ese tiempo formó vínculos importantes con el personal y otras familias de pacientes, conexiones que durarán toda la vida.
“Ha hecho mejores amigos”, dijo su madre con una sonrisa. “Aunque Enzo no habla, los niños encontraron cómo comunicarse con él. Le daban regalos y todavía quieren saber cómo está. Es increíble ver cuánto amor y bondad ha recibido Enzo en su estadía aquí”.
Cuando la nostalgia comenzó a pasar factura, el equipo se puso manos a la obra para que Enzo se sintiera como en casa. Un día, dejó de comer, una señal silenciosa pero clara de que extrañaba lo que conocía en El Salvador. Fue entonces cuando la dietista Sara Ausmus intervino y pensó platos inspirados en los platos favoritos de Enzo. El gesto no sólo alimentó a Enzo físicamente sino que también le levantó el ánimo, dándole fuerza para seguir adelante.
Ahora, Enzo y su familia regresan a El Salvador con renovada esperanza y entusiasmo por el futuro. La atención especializada que recibió en Shriners Children's Greenville le ha traído capacidades que la familia antes veía como imposibles. Por primera vez, Enzo puede apoyar los pies en el suelo y mantenerse erguido. También está aprendiendo a manejar una silla de ruedas por su cuenta.
“Shriners Children's le dio a Enzo una oportunidad de vida que nunca nos imaginamos posible”, dijo su madre, con los ojos humedecidos de gratitud. “Le brindaron una atención que no podíamos encontrar en nuestro lugar de origen y lo trataron con tanto amor y dignidad. Las posibilidades para su futuro son infinitas y tenemos muchas ganas de ver qué cosas podrá lograr”.
Con terapia continua y las consultas de seguimiento, el viaje de Enzo hacia una mayor independencia y movilidad recién comienza. Ahora, Enzo puede disfrutar aquello que Shriners Children's hace mejor: ayudar a los niños a ser niños.