Es gimnasta competitiva, una joven artista y una estudiante que disfruta de las ciencias y las matemáticas. Por casualidad, también es tía de tres sobrinas, y paciente que se atiende por escoliosis en el Hospital Shriners para Niños de Texas.
Braelee comenzó a experimentar dolor de espalda hace dos años, cuando la familia viajó a la playa en Florida. Su madre, Jamie, notó algo inusual. La miró de cerca, y vio que tenía una curva visible en la columna vertebral. Apenas unos meses antes, Braelee había aprobado el examen físico escolar y le habían hecho un chequeo de rutina con su médico. Su familia estaba sorprendida por lo rápido que se desarrolló la curva.
Cuando regresaron a casa, sus padres la llevaron al médico, quien pidió radiografías y le diagnosticó oficialmente escoliosis. Desde allí, la remitieron a un especialista en ortopedia. Casi al mismo tiempo, su padre perdió su trabajo, por lo que la familia se quedó sin cobertura de salud, lo que complicó aún más el tratamiento. Entonces, su doctor les recomendó el Hospital Shriners para Niños de Texas. La familia se puso en contacto con el equipo de atención y Braelee tuvo su primera visita poco después.
“Esta es nuestra segunda vez aquí y nos encanta”, dijo Jamie. “Todos son muy amables. Explican las cosas con claridad. Son eficientes y organizados y desde el primer momento uno se siente cuidado”.
En el Hospital Shriners para Niños de Texas, Braelee es atendida por el Dr. William A. Phillips, MD. Es uno de los cirujanos ortopédicos pediátricos del hospital, y lleva varias décadas atendiendo a niños con escoliosis. Braelee también visita al equipo de Servicios ortopédicos y prostéticos pediátricos (POPS). En su cita más reciente, a Braelee le tomaron las medidas para un nuevo corsé lumbar personalizado realizado por el equipo de Shriners Children's Texas. Actualmente ha estado usando un aparato ortopédico 18 horas al día, y que le ha ayudado a detener la progresión de la curvatura de su columna. Este nuevo corsé está diseñado para brindar el mismo soporte y Braelee regresará cada cuatro meses para consultas de seguimiento.
Todos son muy amables. Explican las cosas con claridad. Son eficientes y organizados y desde el primer momento uno se siente cuidado.
“Cuando empezó, las curvas eran de 20 y 23 grados”, dijo Jamie. “En un año, llegaron a 33 y 34. Luego hicimos el tratamiento con corsé y volvieron a 19 y 23”.
Braelee usa su corsé la mayor parte del día, excepto durante las prácticas de gimnasia. Pero siempre recuerda volver a colocárselo cuando llego a casa. “Lo uso todo el día, luego voy a gimnasia y me lo quito. Llego a casa, me ducho, como y de inmediato me lo vuelvo a poner”, dijo.
Braelee consiguíó un lugar en el equipo de gimnasia competitiva a principios de este mes, e incluso puede hacer una rondada. Pero fuera del gimnasio, a Braelee también le gusta aprender ciencias y matemáticas. Hace poco participó en un laboratorio que consistía en diseccionar egagrópilas de búho.
La talentosa niña de 10 años también disfruta del arte. “Me gusta dibujar. Dibujo osos y animales”, dijo. Durante los últimos tres años, su trabajo ha sido seleccionado para una exhibición de arte escolar, y sus dibujos están en exhibición en la escuela primaria. Además de dibujar y leer libros, Braelee está preparando para comenzar la escuela media en agosto.
Braelee tiene una fuerte red de apoyo en casa y en el Hospital Shriners para Niños de Texas. Su equipo de atención la está ayudando a cumplir con el tratamiento. Su corsé está funcionando y su escoliosis está bajo control. Ella sigue creciendo, es físicamente activa y pone el foco en las cosas que le gusta hacer.
“El personal aquí es simplemente genial”, dijo Jamie. “Y están en ello. Saben lo que hacen”.
Braelee practica tocar el piano.
Braelee toma el sol en la piscina.
Braelee habla con Elise, una de las protesistas/ortesistas del departamento POPS.
Las obras de arte de Braelee cuelgan en una exposición con un destacado premio de bellas artes.
