Nacido con parálisis de Erb, preparado para la grandeza: La historia de Ashton
Cuando nació Ashton, sus padres se vieron ante dificultades inesperadas.
Debido a un parto difícil, Ashton tuvo una lesión del plexo braquial (daño en el nervio del hombro izquierdo), que al principio pensaron que podría ser una clavícula rota. Cuando recibió el diagnóstico de parálisis de Erb, fue un shock.
“Nunca habíamos escuchado esas palabras antes”, dijo su madre, Amanda. “Todo lo que sabíamos era que nuestro recién nacido quizás nunca iba a poder usar completamente el brazo”.
Cuando tenía apenas unos meses, Ashton fue derivado al Hospital Shriners para Niños del Norte de California, donde especialistas de la Clínica del Plexo Braquial dieron respuestas y esperanza a la familia. En entre un 70 y 80 % de casos, la afección se resuelve durante el primer año de vida si se comienza la atención dentro de las cuatro semanas siguientes al nacimiento.
“Nos explicaron todo muy claramente: cómo se veían afectados los nervios C5 y C6, lo que se podía lograr con terapia y qué podíamos esperar a largo plazo”, dijo Amanda. “Por primera vez, sentimos que no estábamos solos en esto”.
Una base de apoyo
Mientras Ashton crecía, Shriners Children's se iba convirtiendo en un segundo hogar. Con años de ergoterapia y fisioterapia, su equipo le iba ayudando a recuperar fuerza y movilidad en el brazo afectado.
“Los terapeutas no solo trabajaron con Ashton: nos enseñaron a toda la familia cómo apoyarlo para que saliera adelante”, dijo Amanda.
Fue una atención integral, que llegó más allá del tratamiento médico
“Desde la ayuda económica que brindaron hasta el apoyo emocional, Shriners Children's nos quitó muchas cargas que ni siquiera sabíamos que llevábamos encima”, contó Amanda.
Los terapeutas no solo trabajaron con Ashton: nos enseñaron a toda la familia cómo apoyarlo para que saliera adelante.
Haciendo olas en el waterpolo
Ashton hoy tiene 15 años y demuestra día tras día que su diagnóstico temprano no ha limitado su potencial. Comenzó participando en el equipo de natación, pero llegó a cultivar una pasión por el waterpolo, deporte que probó por sugerencia de su madre a los 12 años.
“Me encantaba estar en el agua, pero nadar empezó a resultar repetitivo”, dijo Ashton. “El waterpolo trajo un nuevo desafío”.
Su dedicación es innegable, ya que asiste a todos los entrenamientos, incluso cuando se está recuperando de otras lesiones. Ese compromiso dio sus frutos: es el único jugador de su categoría que obtuvo un lugar en la selección nacional de waterpolo de EE. UU. como portero.
Mirando al futuro con confianza
“Shriners Children's nos dio más que atención médica: nos dio confianza”, dijo Amanda. “Nos mostraron que con el apoyo adecuado, nuestro hijo iba a poder lograr lo que se propusiera”.
Para Ashton, lo importante de su recorrido ha sido centrarse en las posibilidades, más que en las limitaciones.
“Cuando escuchamos por primera vez ‘lesión del plexo braquial’, no teníamos idea de lo que nos deparaba el futuro. Ahora vemos a Ashton competir a nivel nacional y nos sentimos muy agradecidos”, dijo Amanda.