Un lugar donde te reciban
Tras muchas semanas en el hospital, la madre de Sienna comenzó a buscar centros pediátricos que pudieran ayudar a que las quemaduras de su hija sanaran bien. La remitieron a una sede de Shriners local, que le ofreció apoyo y le sugirió que se pusiera en contacto con el Hospital Shriners para Niños de Boston. Sienna viajó cada seis meses a Boston con su madre para las citas de seguimiento hasta que cumplió 6 años. “Los gastos de viaje y alojamiento estuvieron cubiertos, lo cual fue de gran ayuda”, dijo Sienna.
El equipo que atendió a Sienna en el Hospital Shriners para Niños de Boston supervisó su recuperación y elaboró un plan para el manejo de cicatrices que incluía prendas de compresión. También presentaron opciones para la atención futura. “Durante mi última cita, hablamos sobre la opción de realizarme tratamientos láser cuando cumpliera 16 años”, dijo. “El objetivo era reducir el grosor y mejorar la apariencia de las cicatrices mediante una serie de tratamientos.”
A medida que fue creciendo, Sienna consideró la posibilidad de regresar al Hospital Shriners para Niños de Boston. “Cuando era adolescente, me ridiculizaban por mis cicatrices”, dijo. “Durante mucho tiempo me pregunté si debía avanzar con el tratamiento láser.”
Después de hablarlo con su familia, Sienna decidió enviar un correo electrónico a su gestora de atención de enfermería, Sandy Barrett, BSN, RN, CCM, cuando cumplió 16 años. Sandy trabajó con la familia de Sienna para sortear las restricciones de viaje impuestas por la pandemia y organizar el inicio de su tratamiento. Agradecida por la oportunidad de continuar su proceso de atención médica, Sienna dijo: “Nunca olvidaré que el Hospital Shriners para Niños de Boston me dio la oportunidad de sentirme mejor conmigo misma”.
Un regreso lleno de agradecimiento
El regreso a Boston tras una ausencia de diez años le trajo a Sienna muchos recuerdos entrañables. Disfrutaba visitando sus lugares favoritos cada vez que regresaba para el tratamiento láser, por ejemplo, el TD Garden. “Toda mi familia siempre ha sido muy aficionada al hockey, pero más específicamente a los Bruins”, dijo. “Haber tenido la oportunidad de ir a muchos partidos sin duda me ayudó a no perder la sonrisa durante el tratamiento.” Sienna y su familia también valoraron la oportunidad de conocer gente de todo el mundo durante sus estancias en Boston. “A menudo nos encontrábamos conociendo gente nueva y creando nuevas conexiones. Durante mi paso por el Hospital Shriners para Niños, adquirí una nueva compasión y comprensión por los demás.
Por encima de todo, es al equipo de atención médica al que Sienna recuerda con mayor gratitud. “Los miembros de mi equipo de atención que tuvieron el mayor impacto fueron el Dr. Branko Bojovic, MD y Sandy Barrett”, dijo. “Sandy me guió en cada paso y sus visitas y abrazos después de la operación siempre me sacaban una sonrisa. El doctor B. fue muy claro y conciso, así que supe exactamente qué esperar antes, durante y después de la cirugía. Se interesa en la vida de sus pacientes y es un hombre muy amable”.
Hoy en día, Sienna disfruta de un estilo de vida activo y valora mucho el tiempo que pasa con sus sobrinos. Está comenzando un programa de estudios terciarios en trabajo social, para hacer realidad su deseo de ayudar a las personas de su comunidad. Ahora que su proceso de atención en el Hospital Shriners para Niños ha finalizado, quiere compartir unas palabras de apoyo para otros supervivientes de quemaduras. “Puede que la vida te haya deparado un revés difícil, pero la recuperación es posible, sobre todo con la atención de Shriners. Yo les prometo que, aunque ahora no lo parezca, atesorarán el tiempo que pasen allí, a las personas que conozcan y las experiencias que adquieran en el paso por el Hospital Shriners para Niños de Boston.”