“Estamos muy agradecidos por el trabajo que él ha hecho”, dijo Kateryna. “Estos médicos trabajan desde el corazón. Hacen su trabajo y no esperan nada a cambio. Para mí, resulta increíble que exista gente así”.
Aunque Anna extraña su hogar, a su hermano de 16 años y a su amado gato, se mantiene fuerte. Se distrae pintando y dibujando. Sus cosas favoritas para dibujar son gatos, mariposas, unicornios y a su familia. Algunas de sus obras de arte incluso están colgadas en su casa en Ucrania.
El amor de Anna por el arte siempre ha alimentado su entusiasmo en la escuela. “Le encantaba ir al jardín de infantes”, dijo Kateryna. “Muchos niños lloran cuando los dejan en el jardín, pero a Anna le encantaba”. En la mañana del accidente, Kateryna, que es profesora y estaba de vacaciones, le sugirió a Anna que se quedara en casa con ella. Pero Anna insistió en ir al jardín. “¡Tengo que ir hoy!”, dijo. “Hay clase de arte”.
Otros intereses de Anna incluyen bailar y jugar juegos en el teléfono. Cuando sea grande, Anna quiere ser médica para ayudar a los niños. Se siente inspirada por los médicos que la están ayudando ahora. A pesar del dolor, el trauma y la nostalgia por su hogar, Anna y su familia dijeron que sintieron amor y bondad del entorno.
“Es desafiante, interesante y emocionante estar aquí”, dijo Kateryna. “Pero también tengo mucho dolor dentro mío, que no puedo tratar. Tengo sentimientos de miedo y preocupación. Pero por otro lado, tengo mucho amor, siento que esta gente me da mucho amor. A pesar de todo, sé que hay mucha gente que está rezando y ayudándonos”.
Anna y sus padres regresarán pronto a Ucrania, pero planean volver a Texas para que Anna se realice un seguimiento. Hasta entonces, siguen agradecidos con el personal del Hospital Shriners para Niños de Texas que está ayudando a Anna a sanar, tanto por dentro como por fuera.
“Agradecemos a todos los médicos, las enfermeras y el personal de aquí”, dijo Kateryna. “Esta gente cambia vidas”.