Una decisión difícil
Rosalie llegó al Hospital Shriners para Niños de Lexington en 2020 después de años de atención en otro lugar. El equipo médico discutió varias opciones de tratamiento, incluyendo la cirugía reconstructiva y la aplicación de yesos en serie, pero finalmente Rosalie y su familia decidieron que la amputación era el mejor camino a seguir.
Su cirugía se realizó en mayo de 2024 y estuvo a cargo de la Dra. Janet Walkeren colaboración con el equipo del Hospital Pediátrico de Kentucky. Luego, se sometió a dos procedimientos adicionales para tratar los problemas con sus muñones.
“La amputación puede parecer una opción extrema cuando otras cirugías son posibles. Si optábamos por la reconstrucción, Rosalie iba a tener pies pequeños y rígidos que aún iban a necesitar aparatos ortopédicos”, dijo Walker. “Con su tipo de amputación, ella puede caminar sin prótesis si así lo desea. Sus prótesis le permiten caminar y correr con menos esfuerzo que la reconstrucción y le dan muchas más opciones de calzado”.
En noviembre, Rosalie se recuperó por completo y aprendió a caminar con nuevas prótesis diseñadas por nuestro equipo interno de los Servicios Ortopédicos y Prótesicos Pediátricos.
Rosalie pasó un par de semanas en la Casa de Ronald McDonald en Lexington, y visitaba el centro médico todos los días para trabajar con los ergoterapeutas y fisioterapeutas. Aprendió a caminar y a hacer actividades cotidianas que muchos de nosotros damos por sentado, como lavar la ropa, preparar el almuerzo y subir las escaleras.
Un futuro emocionante
La nueva movilidad de Rosalie trae consigo posibilidades emocionantes. Ahora que ha cumplido el sueño de usar su primer par de “zapatos reales”, tiene la mira puesta en explorar actividades que nunca antes había podido probar, como andar en patineta, patinar en línea, esquiar e incluso jugar al fútbol.
“Nunca pude siquiera pensar en hacer esas cosas”, compartió. “Y ahora son posibles”.
Rosalie también les ofrece aliento a otros niños que están enfrentando desafíos similares.
“Puede que ahora parezca que no vale la pena, pero al final, definitivamente lo vale”, afirmó. “Es difícil mantener una sonrisa todo el tiempo, pero solo hay que tener en mente el objetivo final y lo increíble que será”.
Para Rosalie, este nuevo capítulo no se trata sólo de recuperar la movilidad sino también de aprovechar estas posibilidades. Desde la emoción de caminar con su primer par de zapatillas hasta imaginar un futuro lleno de deportes y aventuras, su determinación es muy evidente.
“Mi objetivo es simplemente volver a donde estaba y luego seguir adelante”, dijo con una sonrisa confiada.
En el Hospital Shriners para Niños de Lexington, Rosalie ha estado aprendiendo a caminar y ha comenzado a descubrir un mundo de nuevas oportunidades. Eso demuestra que incluso los viajes más desafiantes pueden conducir a logros increíbles.