“Hemos notado mejoras en cuanto su altura y energía, y su estado de ánimo ha sido excelente. Es raro decirlo, pero ha estado mucho más feliz desde que se somete a este procedimiento de tracción. Su energía está por las nubes. Se está moviendo como loca”, continuó.
Esta reacción durante el procedimiento de tracción es común.
“A medida que vamos mejoramos la alineación de su columna, sus volúmenes pulmonares también mejoran, lo que le permite respirar más fácilmente, quemar menos calorías para respirar, ¡lo que le da más energía! Estoy convencido de que el otro motivo se debe a que estos niños están en constante malestar, pero no saben qué es lo normal ya que siempre lo sufren y creo que asumen que todos sienten lo mismo. Esta puede ser la razón por la que no se quejan del dolor, ya que les resulta difícil pensar en el dolor de manera abstracta y cuantificarlo para nosotros. Durante el procedimiento de tracción, el dolor mejora y comienzan a entender cómo se supone que deben sentirse. Sin dolor ni molestias. Es común que la energía mejore en aquellos niños con una deformidad muy grave de la columna vertebral y volúmenes pulmonares más pequeños una vez que comienzan el procedimiento de tracción con halo-gravedad”, explicó Luhmann.
Durante el procedimiento de tracción, Kennedy desarrolló su resistencia en fisioterapia para caminar una milla por día en la caminadora. Esta es una gran hazaña para cualquier niño de 3 años, y ni hablar para una niña que ha estado viviendo con una capacidad pulmonar muy disminuida.
Sorprendentemente, durante su tiempo en este procedimiento de tracción, Kennedy comenzó a tocar una flauta dulce y disfrutaba soplando un molinete. Y quizás el cambio más gratificante para los padres de Kennedy: su voz se volvió más fuerte.
“Eso es lo que hizo que esta experiencia fuera buena. Estamos viendo tantos cambios positivos y realmente es como que la ansiedad de la cirugía y la recuperación ya no se siente. Este proceso no ha sido más que positivo”, afirmó Karissa.