La resiliencia de Marius continúa inspirando a otros

Marius, el menor de tres hermanos, era un niño feliz al que le encantaba jugar al fútbol y correr por la granja de la familia.

Marius creció con su familia en un pequeño pueblo de Rumania. Su vida cambió drásticamente en noviembre de 2007 cuando su casa se incendió mientras él y sus padres estaban adentro. Por suerte, sus otros dos hermanos no estaban en casa. El fuego se llevó todos sus dedos, párpados y nariz, y lo dejó con quemaduras en más del 75 % del cuerpo. Sus padres no sobrevivieron.

Dos meses después de su hospitalización de ocho meses, dos estudiantes de la Universidad Brigham Young que participaban en un programa especial visitaron el hospital y conocieron a Marius. Se sorprendieron cuando lo vieron por primera vez y supieron que no recibiría la atención adecuada que necesitaba para recuperarse en Rumania. Decidieron intentar llevarlo a los Estados Unidos. Enviaron fotografías a sus familias y trabajaron incansablemente para conseguirle un hogar y la ayuda médica que necesitaba.

Las familias se sintieron esperanzadas de traer a Marius a los EE. UU. una vez que los médicos del Hospital Shriners para Niños Southern California se comprometieron a realizar las cirugías necesarias y atender las quemaduras y las cicatrices resultantes. En agosto de 2008, Marius y su hermano, quien actuaba como su tutor legal, llegaron a Los Ángeles y una familia lo adoptó legalmente.