Una década del campamento Love Without Limits

Este septiembre, Hospital Shriners para Niños de Texas celebra el décimo aniversario de Camp Love Without Limits, un campamento de un fin de semana que se lleva a cabo en Camp For All en Burton, Texas. El campamento está pensado para niños con necesidades médicas y ofrece un entorno sin barreras donde los pacientes de los Hospitales Shriners pueden disfrutar de las mismas actividades que cualquier otro campamento de verano tradicional, dentro de un entorno seguro e inclusivo. Cada año, niños de todo Texas y del mundo entero se reúnen para forjar amistades, probar nuevas actividades y descubrir de qué son capaces.

Para Sadie, quien fue atendida en el Hospital Shriners para Niños de Texas por artrogriposis, discrepancia en la longitud de las piernas y escoliosis, el campamento abrió un mundo totalmente nuevo. Asistió por primera vez a los 9 años, tras conocer del campamento por una enfermera. Sadie pronto dejó atrás sus nervios iniciales y entendió que este campamento era diferente a cualquier otro al que hubiera asistido.

“En este campamento, me puedo tomar mi tiempo, ir a mi propio ritmo, y por eso me gusta”, dijo.

Entre sus actividades favoritas se encontraban la tirolina, el columpio gigante y la escalada en roca. Sadie creció en un pueblo lacustre de Texas donde la escalada en acantilados era una actividad popular, y siempre deseó poder participar. Por fin, el Campamento Amor Sin Límites le brindó esa oportunidad. “El primer año, recuerdo haber preguntado a los monitores como cuatro o cinco veces si estaban seguros de que podía subir al muro de escalada”, dijo. “Lo he hecho todos los años, y cada año se vuelve un poco más fácil. Me gusta pensar que es porque me estoy volviendo un poco más fuerte.

Sadie también forjó amistades duraderas con el personal y los otros campistas. Pensando en los seis veranos consecutivos en que ha asistido, dijo: “El Campamento Amor Sin Límites es uno de los mejores recuerdos que tengo. Creo que aumentó mi confianza. Me mostró que puedo hacer cosas aunque parezcan difíciles o agotadoras”.

El director del campamento, Allen McBride, ha visto prosperar a cientos de niños como Sadie. Con más de 20 años de experiencia en Camp For All, ha visto el progreso de Camp Love Without Limits hasta el alcance que tiene hoy.

“Camp For All puede atender a los chicos sea cual sea su diagnóstico o su nivel de capacidad”, dijo Allen. “Queremos brindarles oportunidades para que intenten cosas que nunca creyeron posibles y, en ese proceso, ganen confianza y esperanza”.

Las actividades están diseñadas para ser a la vez adaptables y divertidas. Las actividades de piragüismo se adaptan para que puedan participar niños con movilidad reducida, las de equitación se organizan con medidas de seguridad adicionales, e incluso los programas de arte y fotografía se ajustan para que todos los campistas puedan participar de manera plena. Allen y su equipo lo llaman “programación intencional”, donde cada detalle se planifica cuidadosamente para ayudar a los campistas a probar cosas nuevas. Con amplias aceras, rampas y cabañas accesibles, todo el campamento está construido para igualar las condiciones y dar a cada niño la oportunidad de brillar.

Para Rado, que se mudó a Houston desde Bulgaria hace tres años, el campamento le ofreció la oportunidad de experimentar actividades con las que solo había soñado. A Rado le diagnosticaron atrofia muscular espinal, una afección neuromuscular rara, y llegó a Shriners Children’s para iniciar un tratamiento con ortesis que lo ayudaron a pararse erguido. Cuando tenía 12 años, asistió por primera vez a Camp Love Without Limits.

El columpio gigante, una de las actividades más emblemáticas del campamento, al principio lo intimidó. “Puedes elegir qué tan alto quieres subir”, dijo Rado. “Yo pensé: '¿Sabes qué? Voy a intentarlo hasta el final'". Sinceramente, me dio miedo mientras bajaba, pero después de bajar, se convirtió en mi actividad favorita.

Pero, por mucho que le divirtiera el columpio, la parte favorita de Rado fue la gente. Recordó haber podido conectar con otros campistas con discapacidades similares, que esto le aportó una sensación de pertenencia. Para muchos pacientes, esta es también la primera vez que pasan la noche lejos de sus padres, bajo la supervisión de personal capacitado del Hospital Shriners para Niños de Texas y Camp For All.

La madre de Rado, Ralitsa, recuerda la primera vez que lo dejó ir solo. “Venimos de Europa, de Bulgaria. Bulgaria no es accesible, y Rado nunca pudo probar algo así”, dijo. “Cuando subieron a Rado a la rampa y al autobús, yo supe que iba a divertirsr. Y así fue. Cuando regresó, lloraba de alegría.

“En el campamento me di cuenta de que todas las cosas que siempre había querido hacer eran posibles”, dijo Rado. “Ese fue un gran momento de revelación para mí, porque pensé 'Bueno, entonces puedo hacer lo que hacen todos los demás'”.

Rado, que ahora tiene 14 años, lleva todo el año esperando con ilusión volver al campamento Love Without Limits. El campamento ha pasado a ser un hito para muchos pacientes de Shriners Children's Texas durante la última década. Como reflexionó Allen, “Lo importante del campamento es darle a los chicos algo que los emocione, que los haga sentir que no están perdiendo de nada en la vida”.