El Hospital Shriners para Niños de Boston homenajea a los enfermeros especializados en quemaduras en la Semana de la Enfermería

una mujer con uniforme médico de pie junto a un perro grande

Cheryl Kelley, enfermera de quemaduras del Hospital Shriners para Niños de Boston, sonríe con un perro de terapia.

Cada año, la Semana Nacional de la Enfermería es una oportunidad para destacar a las enfermeras y enfermeros que trabajan en todas las disciplinas y entornos. En el Hospital Shriners para Niños de Boston honramos a los enfermeros que trabaja en quemaduras, y su arduo trabajo por brindar atención y calidad de vida a niños de todo el mundo. Los enfermeros de quemaduras en Shriners Children's Boston tienen el privilegio de acompañar a los pacientes durante todo su recorrido de atención: esto es, largas jornadas en el quirófano a más de 40 °C y celebraciones con el paciente y la familia a medida que se alcanzan los hitos del tratamiento. Si bien no hay dos días iguales, hay algo que permanece constante: dar atención de alta calidad, con trato humano es siempre su máxima prioridad.

Los enfermeros especializados en quemaduras trabajan en una variedad de funciones de atención a pacientes hospitalizados y ambulatorios en el Hospital Shriners para Niños de Boston. Maureen “Mo” Hanley, BSN, RN, CNOR, CBRN, es enfermera de quirófano y madrugadora, lo cual encaja muy bien con su ética de trabajo. “Llego temprano porque me gusta pensar en lo que voy a hacer cada día”, dijo. “En ese momento me preparo, es como antes de un partido. Preparo el quirófano y escribo todo mi tablero para las cirugías del día”.

Un paso clave de la rutina matutina de Mo es subir la temperatura en el quirófano. Los pacientes con lesiones por quemaduras que abarcan más del 20 % de su superficie corporal total, tienen dificultades para mantener su temperatura corporal central. A veces se calefacciona la habitación hasta 45 °C para ayudar a mantener regulada la temperatura del paciente. Los pacientes con quemaduras graves a menudo deben hacerse muchas cirugías iniciales, a veces varias por semana, por lo que el personal tiene que trabajar con frecuencia en estas temperaturas elevadas.

Mo y su colega Cheryl Kelley, BSN, RN, otra enfermera veterana, suelen trabajar juntas en el quirófano. Una de ellas trabaja como enfermera circulante, asegurándose de que el paciente se mantenga estable mientras también verifica que los médicos, técnicos quirúrgicos y otro personal del quirófano estén bien. “Nuestro trabajo es defender la seguridad del paciente”, explicó Mo. “Tenemos que conocer las habilidades y los límites de cada uno, y estar preparados para pedir más ayuda si es necesario cambiar el plan de juego”.

Una mujer parada junto a un gran póster de investigación en un tablero de corcho con títulos que dicen “Lo tenemos cubierto”.

Mo Hanley está junto al cartel de investigación clínica que presentó recientemente, en la conferencia de investigación para todo el sistema que se realizó en el Hospital Shriners para Niños de Boston.

Tanto Cheryl como Mo reconocen que trabajar repetidamente en temperaturas elevadas puede tener consecuencias físicas y mentales. “En verdad puede alterar la termorregulación”, dijo Cheryl. “Es importante comer bien, beber bien y dormir lo suficiente”. También es fundamental encontrar tiempo para practicar el cuidado personal. “Yo medito todas las mañanas y doy una vuelta alrededor del edificio o me siento un rato afuera cuando tengo un momento”, agregó Mo.

Por más desafiantes que puedan ser sus días en el quirófano, Mo y Cheryl coinciden en que la recompensa es ver a los pacientes progresar en su recuperación. Siempre reviso a los pacientes cuando están en la unidad de pacientes hospitalizados”, dijo Mo. “Una vez que empiezan a mejorar, es muy gratificante”.

Los enfermeros del Hospital Shriners para Niños de Boston también disfrutan volver a ver a los pacientes cuando regresan para realizarse cirugía reconstructiva y tratamientos de seguimiento. Se forman vínculos que perduran mucho más allá del día en que los jóvenes dejan de ser pacientes de Shriners. Según Cheryl, ser parte del camino del paciente es una experiencia profunda. “He atendido a pacientes que me han invitado a sus bodas. Es increíble poder seguir en contacto durante todo ese tiempo. El paciente se convierte en parte de mí”.

Los enfermeros que administran atención posquirúrgicos también desempeñan un papel crucial en la recuperación del paciente con quemaduras. Tammy Noble, RN, MSN, CPN, CBRN, trabajó como enfermera de la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica de Shriners Children's Boston durante 20 años, y recientemente fue nomrada Especialista en Desarrollo Profesional de Enfermería del hospital. “El cuidado de quemaduras es una especialidad particular y puede ser un desafío”, dijo Tammy. “Una de las mejores cosas de nuestro equipo es que siempre nos apoyamos unos a otros”.

una mujer sonriente con una tarjeta y flores

Tammy Noble posa con flores en un evento de recepción del personal, donde la homenajearon por sus 25 años de servicio en el Hospital Shriners para Niños de Boston.

En el piso de pacientes hospitalizados, las habitaciones también tienen mayor temperatura y mayor humedad más alto a medida, ya que los pacientes con quemaduras agudas se están recuperando de la cirugía y les está sanando la piel. “Es un desafío físico y mental vestirse completamente y pensar en todas las tareas que debes realizar al ingresar a la habitación”, explicó Tammy. “La parte emocional también puede ser difícil, porque uno quiere estar ahí para la familia”.

Al igual que Mo y Cheryl, ver a los pacientes progresar desde su llegada inicial a la Terapia Intensiva Pediátrica es increíblemente gratificante para Tammy. “Cuando regresan y finalmente completan el círculo después de haber estado tan graves, esa es la razón por la que hacemos lo que hacemos”, dijo. “En la mayoría de las unidades de terapia intensiva nunca se llega a ver eso”.

El Hospital Shriners para Niños de Boston apoya la educación y la capacitación continuas para enfermeros especializadss en quemaduras, fomentando una cultura de excelencia. Un grupo de enfermeras, entre ellas Tammy y Mo, obtuvieron recientemente la recién establecida certificación de enfermería especializada en quemaduras de la Asociación Estadounidense de Quemados. Enfermeras experimentadas como Mo, Cheryl y Tammy forman parte de comités con personal de todo el hospital y tienen la responsabilidad adicional de preceptuar u orientar a los enfermeros nuevos. También se alienta a los enfermeros a participar en proyectos de investigación clínica en el Hospital Shriners para Niños de Boston, una oportunidad única que puede mejorar enormemente su práctica.

Día tras día, los enfermeros del Hospital Shriners para Niños de Boston desempeñan un papel fundamental a la hora de lograr los mejores resultados para los pacientes quemados. Ayudar a los niños a sanar y regresar a sus vidas es lo que los impulsa, incluso en los días más difíciles. “Es increíble ver la resiliencia de los pacientes”, dijo Mo. “Siguen teniendo los mismos sueños que sus pares y siempre encuentran la manera de ser niños y hacer las cosas que quieren”.

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