Un niño pequeño, un gran ejemplo de resiliencia
Alex, un niño de 2 años de Moncton, Nuevo Brunswick, nació con escoliosis congénita severa.
Él y su familia llegaron al Hospital Shriners para Niños de Canadá, donde durante dos meses recibió una atención que le cambió la vida.
Al principio, su madre, Marie-Line, estaba abrumada por la incertidumbre. Tras consultar con especialistas en Nuevo Brunswick y Nueva Escocia, la derivaron al equipo de escoliosis del Hospital Shriners para Niños. La idea de estar tan lejos de casa durante tanto tiempo la desanimaba, pero contó que, cuando llegaron al hospital, supo inmediatamente que estaban en el lugar correcto.
“Alex tuvo mucha suerte de recibir una atención tan excepcional. Durante nuestra estancia de 11 semanas, vivimos muchos momentos hermosos: hicimos actividades, fuimos recibidos con amabilidad y un fuerte apoyo. Siempre recordaremos nuestro paso por Shriners con gratitud”, dijo Marie-Line.
Marie-Line y su madre, Marcia, permanecieron al lado de Alex todo el tiempo, construyendo un refugio de seguridad y comodidad para él.
Este lugar se siente como una gran familia.
Para la familia de Alex, la experiencia en el hospital fue significativa en muchos sentidos. Alex no solo recibió atención médica de vanguardia, sino también el toque humano que hace que el recorrido sea más llevadero para el niño y su familia.
Durante nueve semanas, Alex se realizó tracción con halo, un procedimiento complejo en el que se fija un anillo de metal al cráneo. A pesar de los desafíos, sorprendió a todos con su actitud alegre y resiliencia.
¿Una cosa que no fallaba en sacarle una sonrisa a Alex? Las grúas de construcción. Por suerte, había un gran edificio de apartamentos en construcción justo enfrente del hospital. Desde su habitación, a Alex le encantaba observar las enormes máquinas en funcionamiento, pero el equipo de atención consideró que observarlas no era suficiente. Por la fascinación de Alex, el equipo se acercó al supervisor de la obra para planificar una sorpresa especial: izaron en la grúa una pancarta con el nombre de Alex, y todo el equipo de construcción lo saludó. El equipo de atención se reunió con Alex en la terraza del hospital para ver cómo se levantaba la grúa con la pancarta: un momento de pura alegría.
Esto ocurrió el último día de la estadía de dos meses de Alex. También era el Día de la Madre y el cumpleaños de su madre.
Después de su tiempo en el hospital, la vida de Alex se transformó. Una vez estuvo tan severamente inmovilizado que tenía problemas hasta para respirar. Ahora, puede moverse con libertad y respirar sin problemas.