“Cuando empezó, las curvas eran de 20 y 23 grados”, dijo Jamie. “En un año, llegaron a 33 y 34. Luego hicimos el tratamiento con corsé y volvieron a 19 y 23”.
Braelee usa su corsé la mayor parte del día, excepto durante las prácticas de gimnasia. Pero siempre recuerda volver a colocárselo cuando llego a casa. “Lo uso todo el día, luego voy a gimnasia y me lo quito. Llego a casa, me ducho, como y de inmediato me lo vuelvo a poner”, dijo.
Braelee consiguíó un lugar en el equipo de gimnasia competitiva a principios de este mes, e incluso puede hacer una rondada. Pero fuera del gimnasio, a Braelee también le gusta aprender ciencias y matemáticas. Hace poco participó en un laboratorio que consistía en diseccionar egagrópilas de búho.
La talentosa niña de 10 años también disfruta del arte. “Me gusta dibujar. Dibujo osos y animales”, dijo. Durante los últimos tres años, su trabajo ha sido seleccionado para una exhibición de arte escolar, y sus dibujos están en exhibición en la escuela primaria. Además de dibujar y leer libros, Braelee está preparando para comenzar la escuela media en agosto.
Braelee tiene una fuerte red de apoyo en casa y en el Hospital Shriners para Niños de Texas. Su equipo de atención la está ayudando a cumplir con el tratamiento. Su corsé está funcionando y su escoliosis está bajo control. Ella sigue creciendo, es físicamente activa y pone el foco en las cosas que le gusta hacer.
“El personal aquí es simplemente genial”, dijo Jamie. “Y están en ello. Saben lo que hacen”.