La magia de la terapia y el apoyo familiar

Gracias a la ergoterapia, Winter, de 8 años, puedo convertir su difícil recuperación en una experiencia positiva, con cada vez más confianza e independencia.

Apenas llegó Winter al Hospital Shriners para Niños de Erie, se encontraba enfrentando desafíos mucho más allá de los que la mayoría de los niños de 8 años experimentan. Comenzó con una infección en la sangre, y esto había avanzado hasta llegar a ser una afeeción médica compleja que afectaba los músculos y los nervios, y que finalmente requirió injertos de piel. Cuando salió del hospital, su equipo de atención sabía que necesitaba apoyo especializado para poder realizar tareas cotidianas como cepillarse el cabello o atarse los zapatos, por lo que recomendaron enfáticamente que realice ergoterapia y fisioterapia en el Hospital Shriners para Niños de Erie.

Al principio, fue duro hacer terapia. La mamá de Winter recuerda que al principio ella no estaba muy entusiasmada con la idea. Winter hizo sus sesiones con la ergoterapeuta Kristen Ciacchini, OTR/L, para aumentar su independencia en tareas de cuidado personal como vestirse y asearse. El objetivo era mejorar el rango de movimiento y la fuerza en los brazos, muñecas y dedos, y poder refinar el agarre para manejar objetos pequeños y cierres completos como botones, cremalleras y cordones de zapatos. Sus objetivos terapéuticos se abordaron a través de una combinación de actividades terapéuticas, juegos, manualidades e intervenciones basadas en el juego, junto con ejercicios de estiramiento y fortalecimiento. Muchos de estos ejercicios también fueron proporcionados para que continuara practicándolos en casa con su familia.

“La ergoterapia fue muy divertida”, dijo Winter. Sus partes favoritas de ergoterapia fueron jugar juegos como lanzar bolsas de frijoles, trabajar con diferentes masillas para desarrollar la fuerza en los dedos y hasta ponerle nombre a juegos nuevos como “el desafío de la pelota de playa” en el espacio de terapia. Estas divertidas actividades marcaron la diferencia en su progreso y mentalidad. Pasó de temer la terapia a esperar con ansias cada sesión.

Winter también utilizó la cocina de terapia, un espacio plenamente funcional donde los pacientes pueden practicar de forma segura las tareas cotidianas. Con la guía de Ciacchini, Winter aprendió a utilizar distintos tipos de cuchillos adaptables e incluso cocinó ella sola una gran olla de macarrones con queso. Para una niña que está intentando recuperar sus habilidades motoras finas y su sensación de normalidad, preparar una comida por sí sola fue un logro importante. Esto le permitió a Winter sentirse más autosuficiente y capaz en su vida diaria, reforzando la idea de que podía cuidar de sí misma, incluso después de todo lo atravesado.

La familia de Winter fue siempre una fuente constante de atención y apoyo en todo su camino. En el Hospital Shriners para Niños de Erie, animamos a las familias a desempeñar un papel activo en el proceso de terapia del niño, participando en las sesiones y ayudando a armar los planes y objetivos del tratamiento. Para Winter, ese apoyo siempre estuvo cerca. Ya sea su mamá o su papá, uno de ellos estuvo allí en cada paso.

Cuando le preguntamos qué siente acerca del Hospital Shriners para Niños de Erie, Winter no lo duda. “Si tuviera que ponerle puntos a Shriners en una escala del 1 al 10, le daría 1000”, dijo. Para Winter, la ergoterapia en Shriners Children’s no fue solamente un lugar para recuperarse, es el lugar que la vio reconstruir su confianza en sí misma, aprender a hacer de nuevo las cosas por su cuenta. Ella no sólo está deseando volver a la siguiente sesión de ergoterapia, está entusiasmada por todo lo que viene después.