Leufry también tiene buenos recuerdos del tiempo pasado con el equipo de fisioterapia del Hospital Shriners para Niños de Boston, que lo ayudaron a llegar hasta donde está hoy. “Puedo mover mi cuerpo al 100% gracias a ellos”. Ahora es deportista y ahora puede participar en sus deportes y actividades favoritas. “Cuando era niño no podía usar la mano, y quería jugar béisbol. Después de pasar un tiempo en Shriners, pude jugar béisbol. También puedo jugar al baloncesto y es algo que hago a diario”, contó Leufry. “Puedo hacer ejercicios como saltos de tijera y estirar los brazos, cosas que antes no podía hacer”.
Sandra Barrett, BSN, RN, CCM, gerenta de atención de enfermería, ayudó a coordinar la atención de Leufry, por lo que también fue un miembro importante de su equipo médico. “Sandy siempre ha sido muy buena conmigo”, dijo Leufry. “Sandy siempre me trata muy bien cada vez que la veo. Cuando llego o me voy del hospital, Sandy siempre me abraza, eso significa mucho para mí”. Leufry contó que la experiencia en Shriners Children's lo ha ayudado a crecer emocional y físicamente.
Además formó un vínculo especial con la fotógrafa médica Susan Brogna. “Susie siempre me apoyaba mucho cuando me tomaba fotografías”, dijo Leufry. Susan ayuda a documentar las trayectorias de tratamiento de los pacientes pediátricos, tomándoles fotografías. “Al principio, en las primeras fotos que me sacó, yo no sonreía. Gracias al carisma de Susie, ella me hacía sonreír y me hacía sentir bien”.
A Leufry se le cae una lágrima de alegría cuando recuerda lo mucho que le encantaba ver al personal del Hospital Shriners para Niños de Boston durante sus visitas. Otra favorita fue Miriam Kearns, intérprete médica en el Hospital Shriners para Niños de Boston. Ella ayudó a Leufry a realizar sus consultas médicas, proporcionándole servicios de traducción. “Son buenas personas. Valoro la personalidad de todo el personal del Hospital Shriners para Niños de Boston. Me siento muy agradecido y lleno de amor”, dijo Leufry.
Un consejo que Leufry quiere compartir con los pacientes más jóvenes es que tengan esperanza y que piensen de manera optimista. “Para aquellos que han tenido accidentes, no permitan que eso les impida seguir adelante”, dijo. “Lo más bonito es la vida y seguir viviendo”.
Este otoño, Leufry finalizó su programa de atención en el Hospital Shriners para Niños de Boston y tocó la campana para celebrar su historia vivida. Fue una ceremonia emotiva, llena de lágrimas de alegría. Leufry dijo unas palabras para su equipo de atención, agradeciéndoles por todo lo que hicieron por él a través de los años. Dijo: “Es triste no ser más paciente. pero esa tristeza está llena de amor. Todo el cariño que he recibido lo voy a llevar conmigo. Voy a extrañar mucho el Hospital Shriners para Niños de Boston”.