
La nota escrita a mano de una paciente captura un momento honesto y de confianza
Cuando tenía 3 años, Piper le dijo a su familia: "La pierna no me funciona".
Su familia había notado que cojeaba, por lo que decidieron hacer una evaluación médica de la pierna. Después de recibir múltiples resultados inconclusos que iban desde un esguince de tobillo hasta leucemia por parte de su médico de familia y varios especialistas, a Piper le diagnosticaron una rara enfermedad ósea: displasia fibrosa.
Los pacientes con displasia fibrosa forman tejido similar a una cicatriz en el lugar de la estructura ósea normal, lo que puede provocar fracturas. Como el médico de Piper no era un especialista en ortopedia pediátrica y no estaba familiarizado con esta afección, su familia comenzó a buscar atención médica en otro lado. “Necesitábamos encontrar a alguien que pudiera darnos una mejor idea del futuro de Piper”, dijo Julie, la madre de Piper, “pero no sabíamos por dónde empezar”.
La abuela de Piper sugirió que la familia investigara si había un Shriners Children's en Oregon. Después de descubrir el Hospital Shriners para Niños de Portland, la familia de Piper concertó una cita con el Dr. Dennis Roy. “Recuerdo haber ido con muchas preocupaciones y haber salido confiada de que Piper estaría bien”, dijo Julie. “Y durante los siguientes tres años y medio, estuvo bien”.
La familia de Piper se mudó a Arizona y encontró un médico de la zona que podía ver a Piper para hacerle chequeos. Sin embargo, debían viajar hasta el Hospital Shriners para Niños de Portland para sus citas principales de atención ortopédica.

Piper da sus primeros pasos tras la operación.
Mientras estaba en el jardín de infantes, Piper desarrolló una nueva cojera, esta vez más grave. Un cirujano de Phoenix le solicitó una resonancia magnética y una tomografía computarizada. Esta vez, los estudios revelaron que Piper había desarrollado una fractura patológica y que su fémur ahora estaba doblado. Después de consultar con el Dr. Roy, se informó a la familia que Piper necesitaría muletas y que tendría que someterse a una cirugía lo antes posible. Desafortunadamente, debido a la pandemia de COVID-19, Piper no pudo obtener la cirugía requerida en Arizona.
Después de enterarse de la situación de Piper, el Dr. Roy, quien se jubilaría pronto, llamó a la familia de Piper para sugerirles que hablaran con el Dr. Jeremy Bauer, M.D., un cirujano ortopédico del Hospital Shriners para Niños de Portland que podría ayudar a la familia a conseguirle a Piper la atención que necesitaba.
Recuerdo haber entrado con muchas preocupaciones y haber salido confiada en que Piper estaría bien.



