Zachary y Mary Ann sienten el apoyo de todo su equipo de atención, desde los médicos y enfermeros hasta el personal de la cafetería del Blossom Café. “Me encanta la comida”, dijo Zachary. “Cada vez que subimos, lo primero que hacemos es almorzar”. Mary Ann recordó que, cuando regresaron al hospital para el control del injerto óseo de Zachary, él tenía mucha hambre.
Zachary debía respetar ciertas restricciones alimentarias debido a la cirugía. “Le pregunté al personal de la cafetería si había algo que pudieran preparar para él. Lo hicieron, y mi pequeño niño se sintió muy feliz”, dijo Mary Ann.
Zachary recuerda haber jugado con todos los juguetes del área de juegos después de su cirugía de injerto óseo. “Mi mamá todavía conserva el osito de peluche que me regalaron en Shriners ese día”, dijo.
Mary Ann aprecia, por sobre todo, la capacidad de respuesta del equipo de atención de Zachary cuando les hace preguntas.
“Todos los médicos en Boston siempre respondieron todas mis preguntas y se volvieron a comunicar conmigo sin importar de qué se tratara. Como vivimos en North Carolina, el equipo de atención en Boston es excelente para llevar todo lo que necesitamos a los médicos en casa. Aunque faltan un par de años para la cirugía de mandíbula de Zachary, ya estamos hablando sobre ello con su ortodoncista en North Carolina para asegurarnos de que todos estén informados.”, dijo.
Mientras explicaba por qué el Hospital Shriners para Niños Boston es un lugar tan especial, Mary Ann dijo lo siguiente: “Siempre pensamos que es sorprendente cómo todos los enfermeros lo recuerdan y varios de ellos han estado allí desde nuestra primera visita a Boston. No ves eso muy a menudo. Este viaje no hubiera sido posible sin saber que teníamos un gran apoyo de todas las personas de su equipo de atención en Boston.”.
Mary Ann tiene algunos buenos consejos para otras familias que enfrentan un diagnóstico craneofacial. “Confíe en sus instintos de padre, siempre haga preguntas, incluso si cree que son tontas; y sepa que su hijo es más fuerte de lo que piensa. Desde que era muy pequeño, le he dicho a Zachary que es más fuerte que yo y que su afección no es una debilidad, sino una fortaleza”.
Ahora en la escuela secundaria, a Zachary le encanta el fútbol americano y espera jugar en un equipo de la División 1 como tackle defensivo. Le encanta estar el aire libre; en particular, acampar, cazar y pescar. Luego de reflexionar sobre sus experiencias, Zachary compartió algunas palabras poderosas: “Aunque naces con estas diferencias craneofaciales, aún puedes hacer y ser cualquier cosa. Debes estar orgulloso de quien eres. No dejes que las personas o las circunstancias te desanimen. Las cicatrices son un signo de fortaleza. Habla con tus padres, amigos o médicos”.