Con su sonrisa encantadora y el apoyo de sus padres que tanto lo aman, Saint, de 9 meses, ayuda a visibilizar el tema del paladar hendido en las redes sociales gracias a sus adorables fotos.
Carly y Max comparten la experiencia de su bebé con el tratamiento de labio leporino para promover la aceptación de las diferencias faciales y ayudar a otras familias a transitar situaciones similares. “Si compartir la experiencia de Saint puede influir de manera positiva en al menos una persona, entonces habremos logrado lo que nos habíamos propuesto”, señaló Carly.
La atención del labio leporino comienza antes del nacimiento
El proceso de Saint comenzó a las 20 semanas del embarazo de Carly, cuando los obstetras del Hospital General de Massachusetts detectaron que tenía labio leporino en una ecografía de rutina. Si bien Carly y Max ya sabían que Saint tenía una predisposición genética, igualmente quedaron consternados. “Confesamos que perdimos bastante energía luchando con el temor y la preocupación, intentando aceptarlo y preguntándonos constantemente por qué tenía que pasar esto”, expresó Carly.
El equipo de atención refirió a la ansiosa pareja a Eric Liao, M.D., codirector del Cleft and Craniofacial Center, una alianza entre el Hospital Shriners para Niños Boston y el MassGeneral Hospital for Children.
“Fuimos a ver al Dr. Liao antes de la llegada de Saint para saber más sobre el plan de tratamiento previsto y el procedimiento de reparación del labio leporino”, contó Carly. “Cuando nos fuimos, no solo comprendíamos mejor el plan de acción que seguirían para tratar a Saint; además, salimos con la confianza de que lograríamos sobrellevar la situación”.
Amor y apoyo en el Hospital Shriners para Niños Boston
En los meses siguientes, los especialistas del Cleft and Craniofacial Center trabajaron en contacto estrecho con Carly y Max para preparar todo para la cirugía, que el Dr. Liao realizó cuando Saint tenía 5 meses de edad. Si bien la operación no presentó inconvenientes y el Dr. Liao logró reparar adecuadamente tanto el labio como la nariz de Saint, la estadía de la familia fue sumamente estresante. Después de todo, su bebé sería sometido a un procedimiento quirúrgico que le cambiaría la vida ¡y durante una pandemia global! Sin embargo, hallaron consuelo y empatía donde más los necesitaban: en nuestra unidad de pacientes hospitalizados.
“Todas las personas que tuvimos el placer de conocer en Shriners fueron maravillosas, pero nunca olvidaremos a la enfermera del turno noche, Tracey”, aseguró Carly. “Tracey no solo se ocupó de Saint, sino también de nosotros: dos padres primerizos, exhaustos físicamente y emocionalmente, que pasaban por el peor momento de sus vidas. Siempre ocupará un lugar especial en nuestros corazones”.