¿Por qué es importante elegir un cirujano ortopédico pediátrico para que atienda a su hijo?
Un cirujano ortopédico examina la pierna del paciente.
Como padre, cuando su hijo necesita atención ortopédica, es tentador recurrir a un cirujano ortopédico general que lo haya atendido a usted o a un conocido. Sin embargo, es importante reconocer que los niños con afecciones como pie zambo, deficiencias de las extremidades y escoliosis tienen necesidades particulares y cambiantes, que requieren la atención de un especialista, es decir, un cirujano ortopédico pediátrico.
Queda claro cuán especializados son estos profesionales cuando miramos las cifras. Según un informe, en 2023 había más de 27.000 cirujanos ortopédicos en Estados Unidos. Sin embargo, según un análisis de 2024, solo había alrededor de 1200 cirujanos ortopédicos pediátricos.
Pero su escasez no es lo único que los hace tan especiales. Hablamos con un cirujano ortopédico pediátrico (y jefe de personal), así como con un asistente médico en ortopedia pediátrica de dos hospitales Shriners Children’s. Juntos, analizamos las diferencias entre los cirujanos ortopédicos generales y pediátricos, y por qué es crucial tomar la decisión correcta para atender a su hijo.
El Dr. Vishwas Talwalkar, MD, cirujano ortopédico pediátrico y jefe de personal del Hospital Shriners para Niños de Lexington, se reúne con un paciente.
Una educación diferente
En EE. UU., para ser cirujano ortopédico es necesario graduarse de una escuela de medicina aprobada (esto normalmente lleva cuatro años) y completar programa de residencia en cirugía ortopédica aprobado (por lo general, cinco años). Sin embargo, los cirujanos ortopédicos pediátricos deben completar otra formación de subespecialidad, como puede ser una beca de especialización (normalmente de un año).
El Dr. Vishwas Talwalkar, MD, cirujano ortopédico pediátrico y jefe de personal del Hospital Shriners para Niños de Lexington, sabía cuando estaba en la escuela secundaria que quería dedicarse a pediatría, contó. También, en un momento sintió el deseo de ser cirujano ortopédico. Entonces, no fue hasta que estuvo expuesto a diferentes tipos de pacientes y casos en la escuela de medicina y la residencia, que se dio cuenta de que la ortopedia pediátrica era lo mejor para él.
“Me di cuenta de que atender niños era mucho más interesante y divertido para mí, y pensé que la variedad que presentaban era estimulante y las operaciones eran interesantes, y pensé que podía hacer una variedad más amplia de cosas en ortopedia pediátrica que en casi cualquier otro campo”, dijo. “Así que fue fácil para mí decidir”. Comenzó a trabajar en el Hospital Shriners para Niños en 1999. Desde entonces, no ha dudado ni un segundo.
Por otro lado, Christine Betancourt, PAC, MPAS, del Hospital Shriners para Niños de Erie, supo de adolescente que quería seguir este campo, dijo. “Fui un niña muy activa, practiqué danza durante toda mi infancia, la universidad y hasta mis primeros años de adulta. Luego fui profesora de danza para niños durante toda mi formación como PA. Sufrí muchas lesiones musculoesqueléticas de atleta joven. Me sometí a una intervención quirúrgica ortopédica cuando era adolescente”.
Como asistente médica en ortopedia pediátrica, se ha capacitado y recibido asesoramiento de especialistas en ortopedia pediátrica, “lo que me permitió aprender y mejorar continuamente mi base de conocimientos para permanecer a la vanguardia de la práctica basada en evidencia”, afirmó.
Christine Betancourt, asistente médica de Shriners Children’s Erie, se especializa en ortopedia pediátrica.
Diferente conocimiento del cuerpo
Respecto a la diferencia entre estos dos tipos de cirujanos ortopédicos, Betancourt lo expresa en pocas palabras: “Los niños no son adultos pequeños”, dijo. “Los huesos del niño están en crecimiento, esto hace que las lesiones que sufren los niños sean diferentes, y también es diferente la forma de tratarlas”. El Dr. Talwalkar agrega que los cirujanos ortopédicos pediátricos también comprenden el desarrollo cognitivo infantil, lo que les permite abordar problemas globales que los cirujanos ortopédicos tradicionales podrían pasar por alto.
Otro punto clave: Sorprendentemente, cada hueso del cuerpo tiene su propio cronograma de crecimiento. “Si bien la mayor parte del crecimiento óseo se completa con la madurez esquelética (esto se estima a los 16 años en varones y dos años después del primer ciclo menstrual en las mujeres), la clavícula es el último hueso que deja de crecer, alrededor de los 25 años”, dijo Betancourt. “Los especialistas en ortopedia pediátrica son expertos en el crecimiento óseo y conocen qué centros de crecimiento se abren a qué edades específicas y con qué patrones se van cerrando las placas de crecimiento”.
Comprender la diferencia entre la fisiología de los adultos y de los niños es especialmente importante cuando se trata de fracturas. Como los huesos de los niños están en crecimiento, algunas fracturas pueden curarse por sí solas sin intervención quirúrgica. Pero se necesita un especialista para saber en qué casos sucede esto. “El objetivo es hacer un diagnóstico apropiado para no dejar una lesión sin tratar, pero tampoco sobretratar algo que va a mejorar por sí solo”, dijo Betancourt.
En particular, cuando las fracturas involucran una placa de crecimiento, se debe tener especial cuidado. “Puede ser complicado porque [la intervención] puede afectar el crecimiento de la extremidad o causar una deformidad”, dijo el Dr. Talwalkar. “Por lo tanto, hay diversas maneras de conocer el crecimiento y desarrollo del cuerpo y la anatomía involucrada, y eso tiene una influencia en cómo atendemos a los niños”.
Además, cuando un paciente presenta un problema, se necesita un ojo entrenado para saber si se trata de una lesión real o un problema normal, que tal vez cause dolores de crecimiento, señaló Betancourt.
Un médico muestra una radiografía a una paciente y su familia.
Diferentes relaciones
Tratar con niños requiere un conjunto de habilidades muy diferente al de tratar con adultos, y los especialistas en ortopedia pediátrica las perfeccionan a medida que pasan los años. Un trato adecuado del paciente pediátrico es importante no sólo para que el niño tenga una impresión positiva del profesional, sino también para que se comunique con él, lo escuche con atención y, en definitiva, siga sus instrucciones.
El Dr. Talwalkar nos dijo que su enfoque cambia según el niño, pero hace todo lo posible para conectarse con él. “Lo más importante es estar al nivel del niño. Y si eso significa que tienes que sentarte en el suelo, entonces te sientas en el suelo. Si eso significa que el niño está más cómodo en el regazo de sus padres, debes examinarlo de esa manera. O quizás tiene hermanos en la habitación que puede hacerle hacer las cosas que necesita hacer para que pueda examinarlo. Es decir, utilizas todas las herramientas que sean necesarias”.
El tratamiento de un niño también exige tratarlo con guantes de seda, por así decirlo, para que toda su experiencia, y cada una de sus visitas, sea lo más positiva posible. “Todo el personal aquí se concentra en cómo hacer que la visita de un niño sea un poco menos aterradora y un poco más divertida para que, cuando se vaya, sienta que quiere volver en lugar de tener miedo por la próxima interacción”, dijo.
Dado que muchos pacientes ortopédicos pediátricos requieren atención prolongada, tanto Betancourt como el Dr. Talwalkar disfrutan de establecer relaciones a largo plazo con los niños y sus familias. “Ser parte del recorrido de un niño desde el inicio de la lesión, pasando por su tratamiento y al fin ver su regreso al juego es lo que más me gusta y valoro de mi función”, dijo Betancourt.
El Dr. Talwalkar está de acuerdo: “Dado que puedo forjar una relación con ellos (a muchos de mis pacientes los conozco de casi toda la vida), valoro esa relación. Esa es una de las cosas que disfruto”.
De hecho, a diferencia del tratamiento de un paciente adulto, que puede o no llevar a alguien con él a una visita en el hospital, los pacientes pediátricos en general están rodeados de su familia. Por ello, los profesionales deben comunicarse con los pacientes, establecer una relación con ellos y tener en cuenta su entorno familiar específico.
“Tratamos a la familia como una unidad”, dijo Betancourt. “El plan de tratamiento que se elabora para cada paciente considera su situación familiar única, así como su estilo de vida y objetivos particulares. Educar a los pacientes y a sus familias es una auténtica pasión para mí. Siempre me tomo un tiempo extra para asegurarme de que mis pacientes y sus familias comprendan la lesión, y que también entiendan el razonamiento que hay detrás de mi toma de decisión y mi enfoque de tratamiento”.
La marca especial de Shriners Children's es su atención integral, que tiene como objetivo atender cada aspecto de un paciente, y eso facilita la vida de los padres, ya que se brindan muchos servicios bajo un mismo techo. “Un aspecto único y maravilloso del sistema Shriners es nuestra atención multidisciplinaria”, dijo Betancourt. “Los pacientes pueden consultar a un especialista en ortopedia pediátrica quien, a su vez, puede obtener el apoyo y la orientación de nuestros especialistas en desarrollo infantil, fisioterapeutas, ergoterapeutas, ortesistas y protesistas, nutricionistas y trabajadores sociales”.
Después de trabajar en Shriners Children’s durante 26 años, el Dr. Talwalkar todavía disfruta cada día en el hospital tanto como el primero. Por supuesto, ama a los niños y dice que son “resilientes y muy divertidos”, y también aprecia a sus colegas. "He trabajado con colegas excelentes, y la ortopedia pediátrica tiende a atraer a personas que son muy felices y divertidas", dijo. “Creo que es una carrera que volvería a elegirla sin dudarlo. Ha sido un trabajo maravilloso.”
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