Colleen Ryan, doctora del Hospital Shriners para Niños, está innovando en la atención de quemaduras

Este artículo es parte de una serie continua que destaca la investigación innovadora de los proveedores de todo el sistema Shriners Children's. Lea otro aquí.

A menudo, los médicos que dedican más de 35 años de su carrera a estudiar y atender una afección en particular, tienen un vínculo personal con esta enfermedad, algo que los impulsa a seguir día tras día. Es frecuente que algún miembro de sus familias tenga esa afección o enfermedad, o que le haya pasado al médico mismo. O tal vez es una preocupación particular de su comunidad o región.

Pero ese no es exactamente el caso de la conocida cirujana de quemaduras e investigadora Colleen Ryan, MD. La Dra. Ryan nació en Doylestown, Pensilvania. Era residente en el Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston, y realizaba rotaciones de quemaduras en el Hospital General de Massachusetts, cuando descubrió su afinidad por el campo de las quemaduras.

“Desde el principio me gustó el campo”, dijo. “Se puede hacer mucho por los pacientes y sus familias en un momento de sus vidas en el que lo necesitan desesperadamente”. No sólo eso, sino que también la atención de quemaduras le parecía fascinante a nivel intelectual y científico. “Un estudiante de medicina comparó el campo de la atención de quemaduras con los programas espaciales, porque para solucionar los problemas de quemaduras a menudo se han desarrollado distintas tecnologías que luego fueron aplicables a muchas otras áreas de la medicina”.

Sin duda, ella se tomó esas palabras en serio. En 2010, después de aproximadamente 20 años de operar a pacientes con quemaduras en el Hospital Shriners para Niños de Boston, se retiró de la cirugía, pero todavía atiende a pacientes en la clínica. Además, cuenta con un gran laboratorio de investigación de renombre internacional. Esto le permite a la Dra. Ryan (que también es profesora de la Facultad de Medicina de Harvard), estudiar los resultados a largo plazo en pacientes con quemaduras, y espera definir mejor las necesidades a largo plazo de los niños que viven con lesiones por quemaduras, y facilitarles la recuperación.

“Cuando comencé a atender pacientes con quemaduras, el único resultado que importaba era sobrevivir hasta el alta”, dijo. “A medida que he ido creciendo, y siguiendo la recuperación de mis pacientes, veo que sus lesiones y sus cicatrices también les pueden traer dificultades. Las necesidades de salud de estos pacientes aún no habían sido descritas. Después de publicar artículos muy trascendentales sobre mortalidad, comencé a prestar atención en la calidad de vida a largo plazo. Esa es una de las razones por las que trabajo en quemaduras”.