Perfil destacado sobre Mary Donovan, NP

Mary ha brindado atención médica a los pacientes del Hospital Shriners de Boston durante más de 40 años

Mary Donovan es enfermera profesional en la clínica de pacientes ambulatorios. Hace 40 años que Mary trabaja en los Hospitales Shriners para Niños de Boston y se ha desempeñado en varios puestos. Lo que le atrajó del hospital a Mary fue su enfoque en la atención crítica pediátrica y centrada en la familia. Su trabajo con pacientes fuertes y resistentes es lo que la hace quedar. Hace poco, charlamos con Mary para conocer más sobre su historia.

¿Cómo llegó a trabajar en los Hospitales Shriners para Niños de Boston?

En 1980, trabajaba en otra institución pediátrica y una de mis colegas se fue para comenzar a trabajar en los Hospitales Shriners para Niños de Boston. Ella me incentivó para que la siguiera y me dijo que [los Hospitales] Shriners era el lugar adecuado para mí porque tenía una atención crítica, pediátrica y centrada en la familia. En mis 40 años trabajando en [los Hospitales] Shriners, he tenido muchos puestos, como enfermera de la unidad de cuidados intensivos, enfermera de sala de operaciones, directora de la sala de operaciones, subdirectora de enfermería y más. Actualmente, soy enfermera profesional en la clínica de pacientes ambulatorios. Al repasar los últimos 40 años, no podría estar más feliz con mi decisión de especializarme en la atención de niños con lesiones por quemaduras. La recompensa de saber que pude ayudar a un niño o a un padre a lidiar con esta situación complicada en sus vidas es incalculable.

¿Cuál es su rol como enfermera profesional en la clínica?

Tengo varias tareas en la clínica. Me encargo de los niños que ingresan necesitando atención de quemaduras para pacientes ambulatorios y coordino dicha atención y el seguimiento. El rol diverso incluye realizar un historial y coordinar el seguimiento físico, postquirúrgico o de alta, cambiar apósitos y evaluar cicatrices. Como muchos de los niños son pacientes internacionales, somos sus proveedores de atención primaria cuando se enferman. Esto se convirtió en cada vez más importante desde la pandemia de COVID-19.

¿Qué ama de su trabajo como enfermera profesional?

Amo a los niños y a sus familias. Es increíble lo fuertes que son. En un momento estoy atendiendo sus lesiones, que pueden ser muy dolorosas para ellos, y al próximo me están abrazando o jugando conmigo. Estar aquí tanto tiempo me ha permitido ver a estos niños crecer y comenzar sus propias familias. Regresan de visita o me envían mensajes acerca de lo bien que están. Es muy gratificante.

También amo al equipo médico del Hospital Shriners de Boston. A veces atendemos a niños con quemaduras muy grandes que pasan mucho tiempo con nuestros enfermeros y médicos. Nos convertimos en parte de la familia para estos niños. Esto significa mucho porque ir a la sala de operaciones puede ser una experiencia aterradora. Saber que tienen una enfermera cuidándolos les da la tranquilidad que necesitan. Creo que esto hace que los Hospitales Shriners sean únicos.

¿Cuáles son algunos de sus recuerdos más marcados de su tiempo aquí?

Nunca olvidaré mi primer día. Para ser honesta, estaba muy asustada. Nunca antes había trabajado con niños con lesiones significativas causadas por quemaduras. Ingresé en la unidad de cuidados intensivos y vi a dos niños sin cabello, completamente vendados y sin algunos dedos riendo y jugando a atraparse. Eran niños siendo niños y ahí supe que iba a estar todo bien. Tiempo después, estaba en la sala de operaciones cuando llegó un niño de 2 años directamente de la escena de la quemadura. Sus lesiones eran graves, pero no solo sobrevivió sino que salió adelante y creció sano. Otro paciente fue una bebé de un año con una lesión devastadora. Después de aproximadamente un año, sobrevivió y con el gran apoyo de su familia pasó a vivir feliz y satisfactoriamente, que incluye andar a caballo. Más adelante, su mamá tuvo otra hija y la llamaron Janet Annette Jeanne, en homenaje a tres enfermeras de Shriners.

Otro paciente que traté fue un niño de 2 años y 1/2 que sufrió la quemadura del 97% de su cuerpo. Él se encargaba de su atención y me decía cuál era el próximo paso mientras cambiaba sus apósitos, ya sea cambiarse los guantes o vendarlo. Él también ahora está sano y fuerte. Es un ávido esquiador y jugador de golf, a pesar de la pérdida de sus dedos.

Son recuerdos como esos los que más retengo. Muestran que, aún cuando tuvieron lesiones, los niños son fuertes.

¿Qué la motivó a trabajar durante tiempo en los Hospitales Shriners para Niños de Boston?

El personal le pone mucha dedicación al trabajo que hacemos y este no sería posible sin el increíble apoyo de la fraternidad Shriners y el compañerismo del personal. Si hay que satisfacer una necesidad, el personal de los Hospitales Shriners da un paso al frente. Puedo levantar el teléfono y llamar a cualquier persona del hospital porque sé que estarán dispuestos a ayudar. Nuestros pacientes son siempre nuestra prioridad y nos aseguramos de que tengan todo lo que necesitan.

¿Hay algo más que desee compartir?

Shriners siempre ha sido muy cordial con mi familia. Tengo dos hijos, Michael y Nicholas, quienes fueron Boy Scouts. Para su proyecto Eagle Scout en 2012, Michael construyó dos canteros elevados para el jardín del bienestar, ubicado en la terraza exterior de juegos del tercer piso. El jardín consiste de dos huertas de frutas, vegetales y hierbas. En 2016, Nicholas expandió el jardín al crear canteros más bajos y aptos para personas con discapacidad. Es genial que los Hospitales Shriners les hayan permitido a mis hijos hacer esto y ha sido beneficioso para nuestros pacientes, ya que cuidar y cultivar el jardín es una actividad divertida y terapéutica para muchos niños.

¡Gracias, Mary, por su inquebrantable dedicación a cuidar a los niños en el Hospital Shriners de Boston!